En los
actuales momentos ser padre se ha convertido en una tarea difícil, ser padre es
una experiencia hermosa, única y que nos coloca en una situación donde
comprendemos muchísimas cosas que antes no podíamos asimilar por ejemplo cuando
niños nos negaban algún permiso, no nos podían comprar algunas cosas que
queríamos, como juguetes, artículos deportivos y muchas cosas más, sólo al ser
padre comprendemos que complacer todos los gustos de nuestros hijos puede ser
muy costoso y perjudicial.
Hoy los padres y madres afrontan
a una competencia en la enseñanza de sus hijos, donde el contrincante son los
medios de comunicación que cuya labor es inundar a la sociedad de antivalores
para hacer de los seres humanos esclavos de sus novelas, programas
destructivos, y del consumismo, competir
con este Goliat o Gigante se nos hace una misión embarazosa que muchos padres
terminan perdiendo, porque el niño o adolescente ve más atractivo la televisión
y sus programas que los sabios consejos de un padre.
La escuela es un segundo frente
de lucha contra estos antivalores, y se dice segundo frente ya que la primera
educación es la que inicia en casa, la escuela tiene una función formadora y
transformadora, sin embargo muchas veces termina siendo instructiva, como dice
El Gran Maestro Don Simón Rodríguez: “Instruir no es educar; ni la
instrucción puede ser un equivalente de la educación, aunque instruyendo se
eduque”. Esto muchas veces se hace realidad ya que la escuela también lucha
contra este terrible enemigo y cada día funciona como un filtro de los
antivalores que luego los niños y adolescentes van a recoger nuevamente al
llegar a casa y encender su televisor. Educar hoy en día es muy espinoso
precisamente porque la lucha es diaria, día a día, corregir conceptos errados
que nuestros niños reciben de los medios y tratar de hacerle comprender que el
mundo no es como lo pintan en la tele.
¿Cómo vencer este
rival que pretende adueñarse de la enseñanza de nuestros hijos?
Lo primero
es hacer conciencia de que la televisión se ha convertido en agente muy
contagioso de antivalores, estar dispuesto a tomarse en serio la labor de enseñar
a sus hijos, que es Ud. como padre el responsable de que su hijo sea un buen
ciudadano. Muchas veces dejamos que nuestro cansancio nos limite nuestro radio
de acción, dejando entonces en piloto automático esta labor, es cuando el padre
asume esta actitud que puede perder la lucha. ¿Qué significa dejar la educación
de nuestros hijos en piloto automático? Pues simplemente cuando estamos
cansados y esquivamos esta tarea de ser papá, dejamos que nuestros hijos se
ocupen en lo que quieran con tal de que no nos moleste, es cuando delegamos
nuestra labor de padre a cualquiera que entretenga a nuestros hijos o lo
dejamos horas y horas frente a la tv.
Lo segundo
es que debemos tener presente que nuestros hijos deben ser buenos ciudadanos,
esa es la meta suprema, la cúspide de superación una persona, tenga la profesión
que sea. Bolívar dijo: “prefiero el título de ciudadano que el de
Libertador” y es que Bolívar comprendía la importancia de los valores
humanos en la sociedad, y que si queríamos una sociedad más justa sólo la lograríamos
creando buenos ciudadanos de la República. Las profesiones no servirán de mucho
si como persona no somos conscientes de nuestros actos.
Lo tercero
es tener en cuenta que el amor, el afecto, el ser comprendido genera en el niño
una sensación de ser amado, útil, importante y por ende crea en él,
satisfacción, son estos estados de bienestar los que infunden en el niño la
felicidad, la armonía de ser parte importante de una familia, de esta manera se
crea mayor conciencia y se estimula al niño a ser feliz siendo útil y no buscar
esa felicidad en otras cosas como las actividades ociosas, videojuegos o ver la tv todo el día. Amar al prójimo era
la primera enseñanza de Cristo, decía: “ama a tu prójimo como a ti mismo”,
lo explica mucho más claro en la parábola del buen samaritano, ¿qué es ser el
buen samaritano? Es ser una buena persona, amable, respetuosa de las leyes, es
ser un buen ciudadano pero con mayor compromiso por el bienestar colectivo, de
sus semejantes, es siguiendo esta conducta moral y llena de amor la que nos
hará felices.
Lo cuarto
es ayudar a su hijo en las tareas de la escuela, eso le hará seguir con mayor
interés y apego el desenvolvimiento de su hijo en los estudios, hará sentir a
su hijo comprometido con dichas actividades y no tendrá miedo a fallar ya que
al contar con la ayuda de su padre la tarea se convierte en una actividad amena
y familiar.
Por último,
enamórese nuevamente de esa bendición de ser padre, agradezca a Dios, a la vida
por ser bendecido con esa condición de vida, ya que quien es padre entiende a Dios
y su amor profundo por nosotros, no deje que el cansancio de la faena diaria lo
aleje de ese hermoso momento de estar con ese ser que ha nacido del amor
profundo de Uds. Padre y madre, disfruten ahora si sus hijos están pequeños ya
que pronto crecerán y ya no los tendrán tan cerca y durante tantas horas.