La batalla de
Bárbula tuvo lugar el 30 de septiembre de 1813 en la parte izquierda del cerro
de la hacienda Bárbula, en las afueras de Naguanagua, en el actual Estado
Carabobo en Venezuela.
Fue un enfrentamiento
armado que tuvo como protagonistas, por un lado, a las tropas venezolanas y las
fuerzas auxiliares granadinas comandadas por Rafael Urdaneta y Atanasio
Girardot. Por el otro, al ejército realista, capitaneado por Domingo
Monteverde, reforzado por componentes del Regimiento de Granada, llegado desde
España al mando del coronel Miguel Salomón.
El triunfo
resultante para el ejército aliado colombo-venezolano influyó decisivamente,
allanando el camino para el establecimiento de la Segunda República de
Venezuela.
Esta batalla
representó un alto coste, pues en ella halló la muerte el coronel Atanasio
Girardot, quien fue alcanzado por la bala de un fusil cuando intentaba fijar la
bandera venezolana en la cima del cerro, que ya había sido tomado, llamado
“Mártir del Bárbula”, ante su papel decisivo y valentía en la emancipación de
Venezuela.
Atanasio
Girardot jugó un papel fundamental en la lucha de independencia de Colombia y
Venezuela. Se unió a Simón Bolívar en la Campaña Admirable y combatió al frente
de varios batallones.
Su primera
participación en la guerra de independencia venezolana, se produjo durante la
contienda de Angostura de La Grita en 1813 bajo las órdenes del coronel Manuel
Castillo y Rada; realizando además varias operaciones militares durante el
desarrollo de la Campaña Admirable en 1813. Posteriormente, el Congreso de
Nueva Granada apoyó al Libertador Simón Bolívar con un contingente de unos 600
soldados destinados a luchar por la libertad de Venezuela, y entre quienes
figuraban Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte, Hermógenes Maza, Joaquín París y
otros. Al frente de la vanguardia del Ejército Libertador, Girardot derrotó a
las tropas realistas en la altura de Ponomesa y en el combate de Agua Obispos,
a las fuerzas del capitán Manuel Cañas. El 31 de julio de 1813, participó en el
combate de Taguanes.
Las últimas
palabras de Girardot antes de morir fueron: “Permite Dios mío que yo clave esta
Bandera en la cima de aquel monte y si es Vuestra Voluntad que yo sucumba,
gustoso moriré”. Un famoso poeta le dedicó las palabras: “Vivió para su patria
un solo instante, vivió para su gloria demasiado”.